jueves, 22 de octubre de 2009

Buscando

La chica atraviesa la habitación con paso indeciso y vacilante. La estancia donde se encuentra es un lugar amplio, diáfano, con un alto techo abovedado y sin mueble ni columna alguna que entorpezca la visión. Las paredes, de aspecto acolchado como las de un psiquiátrico, son de un blanco níveo y reluciente que acentúa, aún más si cabe, la extraña luminosidad que lo invade todo y que no parece provenir de ninguna parte pues ni en techos ni paredes se observa abertura o foco de luz de donde pueda provenir esa diáfana claridad. Pero a pesar de todo, de ese gran vacío reinante, de ese espeso silencio similar al que se escucha tras una gran nevada y de esa fría luz, el lugar resulta ser extrañamente cálido y confortable.
La chica se detiene en el centro de la habitación y gira su cabeza a una y otra dirección para observarlo todo. En su rostro se puede ver desorientación e incertidumbre y los ojos reflejan la sensación de estar en un lugar familiar aunque no consigue recordar de qué. Bueno, realmente no consigue recordar ni su nombre, ni que es lo que está haciendo allí.
De pronto se da cuenta de la presencia de una persona. Se encuentra en un hueco de esquinas suaves y redondeadas, que se introduce en la pared. El hombre está de pié, de espaldas a ella y parece enfrascado en alguna ardua labor que ocupa por completo su atención.
Se dirige hacia él con pasos trémulos y cuando llega a su altura observa más detenidamente lo que hace. El hombre, rechoncho, de cabeza grande muy redonda y completamente calvo, lleva puestas unas raras gafas negras y un auricular, de esos con micrófono incorporado en la oreja de donde, muy atenuado, llega hasta los oídos de la chica el sonido metálico de conversaciones. Al parecer, estas voces deben de estar diciéndole cosas importantes pues está constantemente apuntando y anotando en pequeños papeles, como post-it, algunos de los cuales pega cerca de él, otros los despega y arroja al suelo y otros enrolla cuidadosamente e introduce en pequeños orificios abiertos en la pared. En ningún momento deja de apuntar y si lo hace es para coger algún post-it de la pared o alguno enrollado de los huecos y lo lee a través de su micrófono para que quien sea, lo escuche.
Después de contemplarle durante un buen rato, en que el hombre no deja de tomar apuntes ni de hablar ni un momento, y viendo que no reparaba en su presencia, la muchacha decide alargar su brazo y tocarle levemente el hombro. El hombre gira su cabeza algo sorprendido al verla, y sin dejar de apuntar y pegar papelitos en ningún momento, exclama:
- ¡Hombre. Tú por aquí! Ya era hora de que se te viera el pelo maja. Me han estado preguntando mucho últimamente por ti.
- ¿Ah sí? ¿Entonces sabes quien soy, me recuerdas?
El hombre, sin cejar un momento en su tarea, se gira un poco para mirarla y en su mirada, a pesar de las oscuras gafas, puede adivinarse asombro e indignación a partes iguales.
- Claro que sé quien eres. Yo no olvido nunca una cara ni un nombre. ¿Con quién crees que estás hablando? –Dice en tono enojado mientras vuelve a dirigir su mirada a lo que está haciendo.-
- Pues la verdad, y no te ofendas, es que no tengo ni idea de quien eres. Aunque si te sirve de consuelo, tampoco recuerdo quien soy yo.
El hombre menea su cabeza de un lado otra negativamente y sin parar y sin volverse le dice algo enojado.
- ¡Pues quien voy a ser! ¡Soy Memo! Memo, Memoria… por eso es imposible que me olvide de ti. – Su tono se suavizó aunque siguió trabajando de espaldas y sin mirarla.- De verdad que no sé que harás cuando desapareces, pero cada vez vuelves peor.
- Memo… Memo… -Repite la chica como queriendo recordar.-
- ¡Si mujer! Memo, Memo… -Chilló mientras alargaba un brazo para pegar un post-it y encogía el otro para poder leer uno de los enrollados.- ¡Y tú eres Inspi.! ¡Inspiración¡ ¿O es que no te acuerdas?
- ¡Sí! Inspi… -El nombre parece traer algún recuerdo a su cabeza y su rostro se ilumina con una sonrisa.- Sí.. Creo que algo me suena…
Estaba la muchacha en sus cavilaciones cuando sin saber muy bien de donde, apareció un hombre. Era alto, enjuto y de rostro afilado por una prominente nariz en cuyo arco apoyaba unas pequeñas antiparras cuadradas que ni de cerca abarcaban unos ojos saltones y curiosos. Venía algo apurado intentado que no se le cayera ningún libro, volumen o rollo que trataba de sujetar con sus dos largos brazos.
- ¡A ver Memo! –Se acerca gritando y sin reparar siquiera en la muchacha.- Me faltan datos. No me has dado toda la información que te pedía y así no se puede trabajar.
- Tranquilo que yo te he dado lo que tenía. –Responde Memo con tranquilidad y sin abandonar su constante tarea. Parecía acostumbrado a los ataques de genio del personaje.- Si no te he dado más es porque no había más.
- ¡Eso es inadmisible! –Bufa el hombre airado mientras caza al vuelo un libro que quiere caer al suelo.- Tengo un importante problema que resolver y con lo que tengo es imposible.
- Pues mira a ver si esto que me ha entrado esta mañana te sirve porque no hay más.
Dijo Memo cogiendo un rollito de un hueco de la pared y alargándoselo al hombre mientras que con la otra mano apunta algo que le dicen en la oreja. El hombre coge el rollo, no sin esfuerzo para evitar que se cayera alguna otra cosa, y comenzó a leerlo. Mientras Memo, imagino que viendo la cara de asombro de la chica por la aparición de ese personaje, le dijo en un susurro.
- Es Inteligencia. Un engreído pedante que se da muchos aires y que se cree el más importante de todos. Pero no se da cuenta de que sin mí y sin mi trabajo no sería absolutamente nadie.
- Bueno… Puede ser que esto me sirva para algo. –Dijo Intel mientras enrollaba de nuevo el papel, aparentemente muy serio pero que a duras penas podía disimular su satisfacción.- Pero la próxima vez será mejor que hagas tu labor con más diligencia.
Memo para un instante su inacabable tarea y a punto estuvo de volverse para decirle algo cuando Inteligencia se percata al fin de la presencia de la muchacha.
- ¡Vaya! ¡Mira a quien tenemos aquí! A doña Inspiración. – Dice mirándola por encima de las antiparras con aire displicente.- Ya era hora de que aparecieras. ÉL lleva un montón de tiempo preguntándose donde te metes. Aunque la verdad, no entiendo como puede poner tanto interés en algo tan imprevisible e inestable como tú.
Dicho esto se dio media vuelta y, sin dar opción a más, se marchó tan de improviso como había llegado.
Inspiración se quedó con un dedo en el aire y preguntando:
- ¿ÉL? ¿Quién es ÉL?
- ¿ÉL? ¿Quién es ÉL? –Repite dirigiéndose a Memo que sigue con sus notas y sus archivos.-
- De verdad chiquilla que a veces pareces tonta. ¿Pues quién va a ser? ÉL es él. –Dijo sin darse la vuelta pero alzando los dos brazos a la vez y apuntando al aire como queriendo abarcarlo todo.- ÉL es nuestro mundo, lo que nos rodea, somos nosotros o tal vez sería mejor decir que nosotros somos ÉL. En fin que estamos en su cabeza y dependemos de él tanto como él de nosotros.
Inspi se queda en silencio, pensativa, tratando de asimilar todo lo que está escuchando. Al fin, sin atreverse mucho, casi tartamudeando se decidió a preguntar:
- ¿Pero por qué soy tan importante para ÉL? ¿Qué puede tener una simple chica como yo que interese tanto a ÉL?
- Pues no te creas que también me he hecho yo veces esa pregunta. – Comenzó a hablar Memo haciendo, por vez primera una parón en su faena.- Creo que la principal razón por la que tú eres tan importante para ÉL es por su trabajo. ÉL se gana la vida escribiendo y en esa labor Intel y yo colaboramos cada uno con lo nuestro pero, por algún motivo que ignoro, nuestros resultados son planos e insulsos. Solamente tú, con esa rara habilidad tuya, eres capaz de dar brillantez y genialidad a un montón de datos ramplones. Sólo tú, en definitiva, eres capaz de dar corazón y alma a las historias. Darles vida. Por eso eres tan necesaria.
- ¡Caray! – Dijo Inspi casi en un suspiro. – Y cómo puedo lograr yo eso si tengo la sensación de que acabo de llegar a este mundo.
- No sé. Bastante tengo con mi trabajo. –Responde mientras reanuda de nuevo su frenético quehacer.- En eso no puedo ayudarte, pero lo que sí te digo es que esas pérdidas de memoria y desapariciones no creo que te ayuden en nada.
Inspiración baja su cabeza y queda en silencio, pensativa. ¿Qué tengo tan especial que me hace tan importante? Piensa mientras levanta sus manos y las mira. Continúa mirando sus brazos y luego todo su cuerpo que se palpa de arriba a abajo esperando encontrar algo que le hiciera merecedora de todo lo que escuchaba. Pero no veía nada. Era una chica corriente. Bastante atractiva eso sí y de cuerpo esbelto y bien proporcionado, pero no cree que sea eso lo que ÉL necesita de ella. Es alguna otra cosa pero se siente incapaz de descubrir el qué.
De pronto un gran alboroto saca a Inspi de sus elucubraciones. Unas voces y gritos llegan desde el otro lado de les estancia rompiendo el silencio del lugar. Inspi dirige allí su mirada y observa a un hombre que de pié y con los dos puños apretados chilla y maldice emitiendo gritos ahogados por su propia furia ya que mantiene tan apretado sus dientes que parecen a punto de quebrarle.
Inspiración con terror en su mirada y tartamudeando se dirige a Memo quien ni siquiera se ha inmutado.
- Pe… Pero… ¿Qué le pasa a ese?
- Es Sentimientos. – Contesta encogiéndose de hombros resignado mientras sigue archivando, pegando y tirando recuerdos. – Intenta no hacerle caso, no es de fiar. Es demasiado voluble. De repente llora o ríe o salta o grita como ahora. Procura ignorarlo.
- Es difícil ignorarlo. Esos gritos, esa expresión de furia. Nunca había visto tanta rabia en un rostro. Da miedo.
- Sí. Ya sé que es complicado no hacerle caso. Su estado nos influye demasiado. Él lo sabe y actúa como un tirano con nosotros, nos sojuzga y condiciona todos nuestros actos. Pero aun así créeme, en lo posible, lo mejor es hacer como si no estuviera.
- Vale. Pero cuándo dejará de chillar así. – Pregunta Inspi mientras intenta taparse los oídos para no oír aquellas desgarradoras voces.-
- Por las informaciones que tengo, ÉL se ha enfadado con alguien y está bastante cabreado. Pero no te preocupes, lo conozco y aunque muy explosivos, estos enfados no suelen durarle mucho.
Efectivamente al rato la tranquilidad y el silencio volvieron a inundar el lugar y todo parecía nuevamente en orden. Inspi, aprovechando la nueva calma, intenta poner en orden sus pensamientos y algunos recuerdos parece le comienzan a florecer en su cabeza, pero de repente tiene la sensación de que le falta alguien, un amigo, alguien que conoce bien y que sin su ayuda no podrá hacer nada. Sin embargo sigue sin recordar exactamente qué o quien es lo que le falta. Una voz desconocida que se dirige a Memo desvía sus pensamientos y se fija en el hombre que acaba de llegar. Delgado y de aspecto cansado viste un camisón de los de dormir con correspondiente gorrito con bola y todo.
- Hola Memo. – Dice mientras se despereza y abre su boca en un gran bostezo.- Empieza mi jornada. ¿Tienes algo para mí?
- ¿Ya estás aquí? Me alegra verte. –Responde Memo con una sonrisa.- ¿Ya se ha dormido ÉL? Hoy es más pronto que otros días.
- Sí. Ya sabes que cuando se mosquea prefiere irse a la cama y mañana será otro día. Pero bueno ¿tienes algo para mí o no? –Insiste mientras se rasca la cara con pereza.- Que va a llegar a la fase REM y no sé ni que contarle. Dame algún recuerdo que meterle en los sueños.
- Espera. Tengo yo más ganas que tú porque si ÉL duerme, yo podré descansar un poco y aprovechar para poner en orden mis archivos. Pero déjame antes que acabe con esto
De repente Inspiración, mientras escucha la conversación de los dos hombres, tiene la sensación de que una luz se ilumina en su interior y cree recordar al nuevo personaje.
- Tú eres Sueños Tú y yo solíamos hablar. ¿Verdad?
- ¡Hombre Inspiración! –Exclama el hombre que no había reparado en la presencial de la chica.- Hacía tiempo que no te dejabas ver por aquí. ¿Dónde has estado metida?
- Tú y yo hablábamos a menudo ¿Verdad? – Repite ignorando el saludo y la pregunta que le han hecho.- Me ayudabas con lo mío.
- Bueno a menudo, a menudo… Tampoco, pero sí que de vez en cuando hemos hecho alguna cosilla juntos. Pero normalmente no me necesitas. –Dijo Sueños reflejando sincera tristeza en su rostro.- Y eso que me gustaría. Lo que hemos hecho juntos le agradó mucho a ÉL. Pero de eso hace tiempo.
Inspiración se da media vuelta y deja a los dos hombres con su tarea. Presentía que estaba cerca. Comenzaba a recordar y las ideas fluían a su cabeza, pero seguía faltándole algo. Mejor dicho, alguien.
De pronto inspiración lo vio. Está en el centro de la habitación con la misma cara de despiste y desconcierto que seguramente tenía ella cuando llegó a aquel mismo lugar. No lo dudó ni un momento y salió corriendo hacia él. Cuando se encontraron cerca saltaron el uno sobre el otro, se abrazaron y comenzaron a hablar animadamente. A grandes voces y con grandes voces al principio y luego en susurros y cuchicheos que terminaban en grandes risotadas, alegras y sinceras.
Minetras Memoria y Sueños los observaban satisfechos, con la misma mirada de orgullo de un padre para con sus hijos.
- Dos grandes chicos. –Dice Sueños mientras estira desperezándose.- Cuando están juntos son capaces de hacer grandes cosas.
- Sí. –Apostilla Memo.- La verdad es que Imaginación es un chico tan raro y está tan loco como Inspiración, pero cuando se unen, son capaces de crear cosas maravillosas. Cosas incluso que ni Inteligencia ni yo llegaremos a comprender nunca ni a conocer su secreto.
Al cabo, Inspiración le da dos sonoros besos en cada mejilla a Imaginación y sale corriendo hasta donde se encuentra Sueños y Memo que siguen a lo suyo. Con una enorme sonrisa en su boca y los ojos relucientes de satisfacción la chica se acerca hasta Memo y la planta otro gran beso en su enorme cabeza calva.
- ¡Gracias! –Le dice.- ¡Ya lo tengo!
Sin esperar a que Memo saliera de su asombro se da media vuelta y dirigiéndose a Sueños le pone su brazo por encima del hombro y se lo va llevando mientras le dice:
- Hoy me vas a ayudar. Entre los dos vamos a darle algo a ÉL. Tú escucha lo que le vas a contar mientras duerme. Va de una chica, en una gran habitación blanca, que no sabe donde se encuentra y que trata de recordar que era lo ella hacía exactamente antes de olvidarlo todo y que gracias a unos personajes que va encontrando……..