miércoles, 25 de junio de 2008

Sin Inspiración

- ¿Tú tienes alguna idea de donde estamos?

- Ni la más remota.

- Yo tampoco. Es un lugar algo extraño ¿verdad? Está tan vacío de todo y tan blanco que hasta da un poco de miedo.

- Sí que es extraño. Además, las paredes son blandas, como esponjosas. A mi me recuerda a las habitaciones acolchadas de los psiquiátricos lo único que estas paredes no son rectas y tienen pliegues y surcos que las atraviesan.

- Sí. Todo esto es un poco raro. Tampoco se ve ninguna puerta ni hueco por donde poder salir. Creo que estamos encerrados.

………

…silencio……….

…………….

- Bueno… Entonces… ¿Qué hacemos?

- Pues nada… ¿Por qué vamos a tener que hacer algo?

- Porque algo tendremos que hacer, sino vaya rollo. Además, si alguien se toma la molestia de encerrarnos aquí dentro, debe ser porque quiere algo de nosotros… ¿No crees?

- Tal vez… pero si no sabemos lo que quiere, tampoco podremos hacer gran cosa.

……..

…silencio……..

………….

- Podíamos hablar sobre algo.

- Y sobre qué quieres hablar.

- Da igual. De lo que se te ocurra. Elige tú el tema.

- Tonterías.

- Vale. Empiezo yo, aunque no sé gran cosa sobre las tonte….

- No… Digo que dices tonterías, no que tonterías sea un tema para hablar.

………

…..silencio……..

…….

- Mira aquello que sobresale de la pared. Yo creo que eso no estaba antes.

- Es verdad. Antes no estaba. Me hubiera dado cuenta…

- ¿No te parece una forma muy familiar?

- Sí.

- ¿No te recuerda a algo?

- ¡Son unos pechos! Unos deliciosos y perfectos pechos femeninos.

- Además son perfectos en todo. Ven, tócalos, que tiesos y turgentes están.

- Es verdad… Mmmm… la de cosas que se me están ocurriendo.

- Me está comenzando a gustar este sitio… ¡Mira ahora en la pared de enfrente lo que está apareciendo!

- Pero… pero si es… ¡Si es un pene!

- Bah¡ A mí eso no me gusta, me quedo con los pechitos suaves y cálidos…

- Pues que quieres que yo te diga. Me pongo morbosillo según lo estoy viendo… tan erecto y dispuesto…No sé… Además natural en todo, está duro pero agradable al tacto.

- Quita, quita. Prefiero esto y así poder reposar la cabeza en el canalillo… Qué delicia…. ¡Qué suerte, ahora comienza a aparecer el pubis¡ Que lindo… con poco vello como a mi me gusta.

- Oye.. Creo que vas a tener razón. Prefiero los pechos y el pubis… Lo del pene sólo fue curiosidad. Hay que tener la mente abierta.

- Lo siento… pero ahora esto es sólo para mí. Me pertenece. Haberlo pensado mejor antes.

- A lo mejor me lo quieres cambiar por esto. Es oro

- ¿Oro? ¿Pero donde los has sacado?

- Y eso que importa. Ha aparecido de repente. Como todo aquí. Quieres cambiarlo sí o no

- Que bonito es y como brilla. No sé que hacer…Bueno, venga, de acuerdo.

………

……silencio ………

… … … … … … ……

- Oye.

- Qué

- El oro me gusta mucho, pero echo de menos tocar los pechos. ¿Me los dejas un poco?

- No. Ahora son míos, te los cambié. Dame parte del oro y podrás tocarlos un rato.

- Pero es que no quiero deshacerme de mi oro. Anda… Venga… Déjamelos un poco.

- Te he dicho que no.

- Sólo un poco. Mira, alargo la mano así y los rozo un ratito.

- ¡Aparta esa mano de lo que es mío o vas a saber lo que es bueno¡

- ¿Qué me vas a hacer? No me das miedo, tengo el oro. Ahora voy y los toco otra vez si quiero

- ¡Quita de aquí o te mato!

- Pe… pe… pero… ¿De donde has sacado el cuchillo que llevas de la mano? Antes no lo tenías…

- Ignoro de donde carajo ha salido, pero tengo claro lo que pienso hacer con él. ¡Toma cuchillada cabrón y toma y toma!

- ¡Maldito seas! ¡Me desangro! Siento que la vida se me va por las heridas que me has abierto… pero antes de morir, hijoputa, te voy a llevar conmigo al infierno, descerrajándote dos tiros en el pecho…

- ¡Cielos! ¡Cuando te apareció esa maldita pistola! Muero….

………

…..silencio…….

…..sangre……….

….muerte………..

¡Esto es una verdadera mierda!

Grito mientras golpeo con el puño sobre la mesa en la que se apoya mi portátil.

¡Hace siglos que no se me ocurre una buena historia para escribir!

Continúo hablando solo sin dejar de observar el folio en blanco que me enseña el procesador de textos y sobre el que no he sido capaz de escribir ni una sola palabra.

Mira que le doy vueltas al coco y nada. Las inspiraciones que me vienen son blandas y sin consistencia y lo único que me sale es sexo, ambición, violencia y unos diálogos vacuos que no dicen nada a nadie…. Resumiendo, nada nuevo bajo el sol. Así nunca podré consagrarme como escritor…. ¿Qué habrá que hacer para que te venga la inspiración cuando tú quieras? Me gustaría tener algo así como tener un interruptor en el cerebro para poder conectar y desconectar la inspiración cuando me diera la gana. En vez de eso, lo único que tengo son un par de malas ideas que trastean por mi cabeza… En fin, voy a fumarme un porro a ver si eso me ayuda a que me venga la inspiración.