Enciendo el ordenador y me conecto a Internet. Deambulo por un montón de páginas y por un montón de foros tratando de sofocar la modorra que aplasta mi cuerpo. Pero todo parece inútil, las estrellas se han aliado en mi contra para que hoy me sienta solo.
De repente en mi pantalla salta un mensaje del Messenger. Al parecer un tal “Satán” me pide permiso para agregarse a mi lista de contactos. No tengo la menor idea de quien puede ser, pero visto el panorama y no encontrando nada mejor le doy a “aceptar”.
Al instante quiere iniciar una conversación, se abre la ventana del chat y veo sus primeras palabras.
Satán> Hola.
Bueno, a ver si encuentro algo de conversación. Le contestaré.
Dante> Hola.
Satán> Curioso tu nick.
Dante>Me lo puse por el escritor, el que escribió la “Divina comedia”. Pienso que es un libro que tiene algo especial. ¿Sabes cual te digo?
Satán> Claro, por supuesto que lo conozco. Por eso me parece curioso. Yo, “Satán” , hablando con “Dante”. Si también estuviera Virgilio sería como estar en mi casa.
Dante> Y tú, ¿Por qué tienes ese nick? ¿Eres muy malo? ;-)
Satán> No es un nick, es mi verdadero nombre y sí, procuro ser malo siempre que puedo.
Un emoticono para decir que está ironizando hubiera estado bien. ¿O es que me ha tocado el friki de los Domingos por la tarde? Miro su IP para ver si me dice algo.
IP: 666.666.666.666. ¡Que mierda de IP es este! Esto es imposible que funcione. Esta fuera de rango. A la fuerza tiene que estar usando alguna cosa que enmascare su verdadero IP. Vaya suerte la mía, friki y además sabe de ordenadores, tendré que tener cuidado a ver si me va a preparar alguna trastada. No sé si cortar ya o ... Aunque estoy muy aburrido, así que de momento le seguiremos el rollo y si no me gusta algo, corto la conexión echando leches.
Dante> ¿Y qué andas haciendo? ¿Buscando a gente mala como tú?
Satán> No, eso es muy fácil. Según está el mundo, encontrar personas rebosantes de maldad es demasiado sencillo. Tanto que últimamente ya ni me molesto en tentarles porque es que se condenan ellos solitos.
Dante> Bueno, pues estarás contento.¿No?
Satán>No, es demasiado aburrido. Por eso ahora me he propuesto nuevos retos y preferentemente busco gente sin maldad.
Dante> Pues conmigo creo que has pinchado en hueso. Fumo, bebo, me drogo, me gusta el sexo, me hago pajas, odio a un montón de gente... y en fin, un montón más de pecadillos que no te confieso por no tener confianza.
Satán> He dicho que busco gente sin maldad, no a santos. Gente buena de verdad apenas quedan y los pocos que hay ya los tengo controlados.
Dante> ¿Y quién te dice a ti que yo no soy malo?
Satán> Soy Satán y sé que no eres del todo trigo limpio, ni mucho menos, pero también sé que en tu interior no existe una maldad retorcida y cruel que tanto abunda ahora y según está el patio, con almas así ya me conformo.
Esto me empezaba a oler a chamusquina y no precisamente de azufre. Me aseguro que no está curioseándome el ordenador pero todo parece correcto. Tengo el corta-fuegos funcionando y todos los puertos están como tienen que estar.
Dante> Bueno, entonces qué es lo que quieres.
Satán> Pues que va a ser, quiero tu alma.
Menos mal que no me puede oír, porque las carcajadas que me salen las escuchan hasta los vecinos. A lo mejor, al final, hasta me lo acabo pasando bien con este elemento.
Dante> ¿ Y qué es lo que das a cambio?
Satán> Te ofrezco poder y riquezas.
Dante> El poder me da miedo, nunca lo he tenido y no sé si sabría manejarlo y dinero... te mentiría si dijera que no me gustaría ser asquerosamente rico, pero tampoco soy avaricioso y me conformo con lo que ahora poseo
Satán> Todo el sexo del mundo con las personas que tú quieras.
Dante> ¿Y las otras personas también querrán hacer sexo conmigo? Mira que el sexo, si no existe una buena química, se acaba volviendo algo demasiado sucio.
Satán> Quien desees se enamorará de ti y tú, si así lo quieres, también.
Dante> Eso si que no. El amor termina doliendo y me he prometido a mi mismo no enamorarme de nadie nunca más y por tanto, tampoco quiero que nadie se enamore de mi... demasiada responsabilidad.
Satán> Créeme que no me había topado nunca con nadie como tú. Dime entonces que es lo que deseas y yo lo conseguiré para ti.
Río para mis adentros, parece que estoy dejando sin recursos al mismísimo demonio. Reflexiono un instante y tecleo.
Dante> Me gustaría estar a gusto conmigo mismo. Llevar una vida digna que no sea aburrida y que haga lo que haga, ya sea ser ministro o un simple barrendero, me sienta orgulloso de ello porque lo he logrado por mis méritos y mi propio esfuerzo. ¿Qué crees? ¿Lo ves muy complicado?
Satán> Puedo lograr lo que quieras y si eso es lo que deseas lo conseguiré para ti.
Es un farol, miente pero me sigo divirtiendo.
Dante> Ahora explícame tú ¿De que va eso del alma?
Satán> Es fácil, cuando mueras, yo me quedo con tu alma y pasarás la eternidad conmigo en el averno.
Dante> ¿Para qué?
Satán> ¿Cómo que para que? Porque esa es mi misión, conquistar almas para que no suban al cielo.
Dante> O sea, básicamente es que antes que se lo lleve el otro, mejor me lo llevo yo. Aunque luego ninguno de los dos vayáis hacerme ni puto caso. Como si fuerais dos críos con un juguete. ¿No?
Hay silencio, veo el cursor que parpadea en la ventana pero no recibo respuesta. Decido intervenir, me estoy cansando. Además, o son ilusiones mías o cada vez noto que el teclado está más caliente.
Dante> Oye, estoy pensando que lo dejamos. Es que no quiero engañarte.
Satán> ¿Engañarme? ¿Tú me ibas engañar a mí?
Dante> Sí, es que me parece que yo no tengo el tipo de alma que buscas.
Satán> ¡Eso es imposible! Todo el mundo tiene alma.
Dante> Tal vez, pero mi alma, o como quieras llamarlo, la forman un montón de recuerdos y vivencias, algunos buenos y otros no tanto. También tiene mucho de sentimientos y emociones, de pasiones, de ideas y de un poquito de cordura que ayuda a poner un poco de orden en este tinglado. Y como comprenderás, todo esto, cuando yo muera desaparecerá.
Satán> No desaparecerá. Si quieres, yo puedo lograr que tu alma sea eterna.
Dante> Lo único que quedará, y si tengo algo de suerte, será mi recuerdo en el corazón de unas cuantas personas. Mira, ahora que lo pienso, tal vez esto sea el secreto para conseguir que tu alma sea eterna.
Satán> ¡Maldito seas!
No sé que pasa. No aguanto los dedos sobre el teclado, me quema. Entre las teclas comienza a salir humo que se convierte en fuego. Me levanto de la silla de un salto. La pantalla estalla, se apaga y la torre también empieza humear hasta que un fuerte chispazo me indica que todo se ha ido a paseo.
Me quedo mirando la columna de humo mientras me rasco la cabeza. Parece que he cabreado a alguien, pienso. En fin, de todos modos, estaba pensando en cambiarme de ordenador.
Has sido de lo más valiente. Yo me lo hubiese pensado más antes de contestarle con tanta negativa,hmmm.. pero bueno, lo dejo en el aire, a ver si me va a estar echando el ojo y al ir a desconectarme me encuentro un muñequito verde tirando a rojo...
ResponderEliminarFantástica vivencia, Felicidades, no dejes de escribir!
Saludos
www.yolijolie.blogia.com
He de confesarte que no soy tan valiente. En la realidad,seguro, que en las primeras de cambio hubiera entrado al trapo ;-)
ResponderEliminarGracias por tus ánimos, de verdad. Te nombro fan N.1... vaaale... esta bien eres mi única fan pero es mejor tener calidad que cantidad.... ;-)
Otra vez, gracias....
Gracias a ti por regalarme una vez más tus conexiones neuronales más imaginativas.
ResponderEliminarAh! temía, como ahora...que te llegasen "2 iguales para hoooy...!" de comentarios.La cateta que te escribe se devanea en confusión al ver que no aparece de inmediato y lo vuelve a enviar (o eso cree hacer!) ante la duda.
Te tengo en preaviso,eh!
que tengas un día genial.